
compré esta sábana en una tienda de caridad.
doblada, muy limpia y planchada. ahí esperaba ella.
ahora, después de muchas capas de barniz, bordado, tijeras, pintura, papel, colgar, sacar y poner. aquí está. en camino.
ese día también me compré un tambor. había soñado que caminaba por el bosque con mi tambor al hombro buscando algo. así que cuando entré a esa minúscula tienda de cosas usadas, no lo pude evitar.
al menos ahora ando por la vida sabiendo que tengo una sábana que cuelga y un tambor con el que mañana planeo perderme en los bosques.
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